Estoy en Grecia

Mucho tiempo sin dar noticias, y encima borré una entrada sin querer. Sólo deciros dos cosas, seguramente cuando leáis esto esté en Grecia. Sí, un viajecito por Atenas y su acrópolis, un crucero por islas griegas y por supuesto el Oráculo de Delfos, que me muero yo por ver allí donde hasta el mismísimo Sócrates acudía a pedir consejo.

A mi vuelta, este blog se cerrerará para siempre.

No lloréis por mi, argentinas. Porque se cerrará porque aparecerá uno nuevo, aquí dejaré la dirección para todo el mundo. Sin más secretos que la verdad y sin malos recuerdos. Una nueva oportunidad que se abre a la vida.

Un beso y a ser felices, parakaló (= por favor, única palabra que he aprendido y que no sé si se escribirá si quiera así)

LUCK YO SOY TU PADRE

La cuestión no es seguir hacia delante. Te dicen: Adelante, adelante, ¡hacia atrás ni para coger impulso! Pero es mentira, queridos lectores, de nada sirve seguir adelante... si no se sabe adonde se quiere ir, ni de donde se viene. (Algo parecido dice Frömm)

Necesito quemar etapas, pero no puedo perder de vista el horizonte que ha de marcar mi camino. De momento estos días dejo que Grieg lo ambiente. Es el centenario de su muerte y uno de mis músicos clásicos favoritos. En especial Peer Gynt, la historia de un muchacho que recorre el mundo buscando su camino, para darse cuenta de que su sitio siempre estuvo allí de donde partió.

Sigo con mi verborrea de sinceridad aberrante.

--Conoces la razón de mi tristeza. La conoces personalmente, tiene nombre propio y es...
--¿?¿?¿? Acabo de vivir un momento: Luck, yo soy tu padre
--Espera, que aún debes saber más...

Tengo un catálogo en mi mesa, con un viaje a Grecia señalado. Creo que es hora de que me marche. Aunque aún no sé nada.