jueves, 7 de agosto de 2008

Relato erótico: Un imposible

Era una historia que no podía ser y cuánto más imposible me parecía, más deseaba que pasara. Fue ella la que dio el primer paso: me dijo que sentía algo por mi desde hacía tiempo y que , aunque era egoísta, sentía la necesidad de que yo lo supiera. No recuerdo si ya entonces había fantaseado con ella, o fue en ese momento cuando la idea apareció en mi cabeza, apetecible y romántica. Me sorprendí a mi misma llorando por no poder ser.

Las conversaciones se sucedieron en la distancia y aunque, ya conocidas, empezamos a un conocer que quizás fue un re-conocernos. Su voz se hizo imprescindible en mis noches, cada vez más largas y más nuevas. Y las noches se convirtieron también en tardes y mañanas. Lo imposible iba tejiéndose en un telar invisible de cientos de sonrisas y la ilusión de ver a dónde nos guiaban nuestros pasos.

Yo estaba intentado salir de una relación que ella conocía bien. Su rostro siempre se reflejó en mis lágrimas y el mío en las suyas cuando ella había acabado con su novia. Pero yo no era libre. No basta con romper con alguien. Esa persona también ha de aceptarlo y abandonarte. Y la sombra del pasado aún estaba acechándome, entre los vacíos que su luz provocaba.

Nunca estábamos solas, siempre mi pasado conmigo. Pero entre esos segundos, había un futuro que luchaba por nacer. Nuestros dos besos al vernos eran cada vez más intensos. Mis labios buscaban sus mejillas, único trozo de piel a mi alcance. Hasta que nuestras manos se enredaron, aún no se cómo, en una clandestinidad impuesta por las circunstancias.

Tras varios de estos encuentros, pactamos vernos a solas. Condujo kilómetros para vernos y yo mentí para no ser molestada. Fuimos a cenar y hablamos de nuestras vidas y yo descubrí detalles que nunca me había contado, porque supongo que yo no era la destinataria de sus secretos hasta el momento, ni tampoco de sus detalles más cotidianos. Al rato decidimos irnos a su coche y buscar un lugar donde ... ¿hace falta explicarlo?

No me miraba, miraba al frente mientras me decía: Vas a tener que ser tú, porque yo no soy capaz. Si quieres que ocurra algo, tendrás que besarme tú. Y ocurrió algo. Porque yo la besé y sentí un escalofrío que me recorrió todo el cuerpo. Nunca antes lo había sentido. No sé si sería el sabor de lo prohíbido, o la dulzura de lo tan deseado, pero fue un primer beso que realmente supo a primer beso.

Tras esa noche, otras. Hasta que por fin estuvimos solas una noche, con una cama, con dos incluso, para nuestros juegos. Ella me hablaba de una película de cine, creo que de Woody Allen, yo... escogía el momento para besarla, y de tanto pensarlo, cansada de indecisión, me lancé contra sus labios y del impulso la tiré sobre la cama. Creo que nos reímos, pero no mucho, porque los besos siguieron sucediéndose, cambiando las sonrisas por pequeños jadeos entre el ruido de nuestros labios. Me daba miedo desnudarla, demasiado respeto. Pero ella me ayudaba. Me quitaba el miedo, me decía que continuara, que lo deseaba. Y así poco a poco, entre caricias, la quité la camiseta y vi lo que antes había visto a la luz de la luna en aquel coche. Tenía unos enormes pechos preciosos, nunca había tocado unos tan grandes, tan bien formados. Sus pezones se hicieron tan grandes entre mis dedos que no pude sino soltar un grito de sorpresa. Ella rió y yo como un niño no pude más que llevarlos a mis labios. Deseaba tocar con mi lengua cada centímetro de aquella piel blanca que se estremecía a su paso.

Sabía lo que tenía que hacer y lo hice. Le desabroché el pantalón e intenté hacerme camino a través de él. Ella luchaba para desnudarme mientras yo no dejaba de moverme. La ropa salió despedida entre las sábanas. La cubrí con ellas por si la timidez la embargaba y no me hizo falta pedirle que me ayudara a quitarse los pantalones. Una vez libre de esa cadena, mi mano entre su ropa interior se movio libre. El tacto era distinto a otras pieles que yo había tocado. Mucho más suave. Mis dedos lo descubrieron cuando abrieron la única puerta que quedaba, una puerta doble con un cerrrojo inservible que daba la bienvenida. Me tomé mi tiempo para inspeccionarla al tacto. Busqué como si se tratara de un mapa todos los puntos clave, allá donde sabía que tenía que tocarla. Y mientras ella, suspiraba y echaba la cabeza hacia atrás, y sólo me dejaba el cuello y de nuevo sus pechos para besarla. Ella me buscó a mi, e hizo lo propio. Me abrí para ella, le procuré el paso lo más libre posible para que me llenara. Y así las dos comenzamos a movernos, a extasiarnos hasta que oí que me susurraba: "Ya no puedo más, ¿cuánto te falta?"; "En cuanto tú quieras, yo hace rato que tengo que contenerme" Y sus suspiros se hicieron gritos y noté que llegaba... y me dejé ir con ella, hasta que el placer se convertía en dolor de lo prohíbido que resultaba.

--¿Te molesta si me quedo dentro? - Me dijo aún con sus dedos en mi interior
--No.. - acerté a decir casi ininteligiblemente

Y caímos las dos rendidas. Abrazadas.

--¿Puedo pedirte algo?
--Lo que quieras..
--Desnúdate -- me dijo sabiendo que todavia algún retazo de ropa cubría mi piel. Me desnudé bajo las sábanas.
--¡No puedo creerlo! - me decía
--¿El qué?
--¡¡ Qué por fin te tengo desnuda en mi cama !! ¡¡ Estás desnuda !! Y es real.. y te tengo aquí..
--Si, te aseguro que esto ha sido muy real
--Ahora quiero..verás.. te pediría..Sal de las sábanas y tráeme un vaso de agua..

Me levanté dejando caer la sábana a mi paso y le traje el vaso de agua, completamente desnuda bajo su mirada.

Fue un imposible. Imposible de olvidar.

..

7 Títulos de crédito:

Eli dijo...

Desde luego imposible de olvidar,estos relatos me dejan Mmmmmmmm......Porqué lo prohibido sabe siempre mejor??????
Me gusta como escribes, haces que lo extraordinario parezca normal y lo normal sea maravilloso.
Muxuxxxx.

Hei Jei dijo...

dios mío, por qué te he visualizado taaaaaaaanto??? :$ no cal para nada... en fin, que si mañana cuando te vea me sonrojo, ya sabes por lo que es xDDD

muaks!!

Anónimo dijo...

Vaya, vaya, ¿y ahora cómo te defino? :)

Coquí dijo...

jijiji
lo del cerrojo doble (un poco mas y le pones password) y lo del vaso de agua... jajajajaja friki hasta en la cama, si es que me encantas

tortuguita dijo...

Me ha encantado. Gracias por este regalo virtual!!!

laamanteceleste dijo...

Vaya con el relato...vaya, vaya, vaya...

Por cierto, te perdí la pista, ¿qué pasó con las oposiciones?

Besosssss

Transeúnte dijo...

Joder, me lees la mente o q tí que te pasa... ¡coño! Uffffff... este fin de semana ha sido intenso.