Episodio 2x52: Adivina quién vino esa noche

Pues el sábado se venía a Madrid Jei, y aunque no venía con mucho tiempo y sí con mucho cansancio y quemada (quemada literalmente, del sol) ... era necesario hacer una cenita en condiciones. No era una quedada, ni mucho menos, pero casi me hacía más ilusión, porque después de un largo período de reclusión... iba a poder ver a Magapola.

Cierto es que pensé que Maine la había asesinado y se estaba deshaciendo del cuerpo mientras nos contaba que "debía guardar reposo"... ya, ya... Pues resultó ser verdad, ¡qué aburridas! El caso es que es sabido que tengo debilidad por las dos por separado... pero juntas ya es la bomba. De ahí que las haya concedido el Miss Pareja Glamourosa de la bolloesfera y ellas me pagaran haciéndome el centro (también literal) de sus bailes.

Además que puedo hablar de muchísimas cosas con ellas, de cosas chorras y de cosas serias. De hecho hicimos una reflexión sobre los blogs y la gente que hay detrás de ellos. Llegamos a conclusiones como que hay quien que tiene un alter ego, y que es sano si no se te va de la manos. Y llegamos a la conclusión de que otras personas sólo somos nosotras hechas letras. Ese es mi caso, por si cabe alguna duda.

El único plan para esa noche era NO ir al Escape. Que es que la música es un poco basura.. pero como Coquí tiene enchufe y yo me recreo mirando a una camarera (la Vane), pues nos prodigamos bastante. Pero ese día era día de subir el nivel.. bueno, en realidad no, sólo se trataba de cambiar de escenario. Y por eso nos fuimos al Medea, el antro donde las 3/4 partes podrían ser alumnos míos. El nivel de buenorrismo estaba un poco bajo, y yo, agarrada a mi cocacola, echaba de menos a la Vane, que siempre me alegra la vista en el Escape. Pero... de repente... Maine me incitó a buscar en todo el bar alguna chica que estuviera realmente bien...

En mi búsqueda topé visualmente con lo que Maine describió como "Morsa". Es un tipo de bollera grandota y que sigue a raja tabla el dicho de donde hay pelo hay alegría, en su boca, en sus cejas, en su .. mejor no quiero saber dónde más. La "morsa" me miraba, yo temblaba... no de miedo, es que Maine y Magapola bailaban y se sobeteaban y claro, una no es de piedra. A lo que iba, que entre tanta bollera, tanta gorra, tanto pelo corto y tanto alcohol, encontré a lo que Coquí y yo llamamos un 3,14VON. Sé que no es original. Da igual, era un pivonazo. Y ¿qué creéis que pasó? Pues que me hacía ojitos. Si es que.. no he perdido facultades, ja. La tía más buena del local (después de Maine, Magapola y Coquí) y ¿en quién se fija?... bueno, obviamente sólo sirvió para aumentar mi ego y para generar un debate: "¿Un beso es infidelidad?" El debate en realidad surgió entre Miss Pareja Glamourosa, que parecían el angelito bueno y el malo. Y que conste que fue un debate abstracto, porque allí nadie besó a nadie, es que hay parejas que juegan al trivial y estas dos juegan a "Tengo una pregunta para usted". Las adoro.

Como también adoro a Sweet, que allí se presentó con su clan. Como cuenta en su post hubo un incidente raro con mi sobrenombre. Pero no lo recuerdo como ella lo cuenta.. creo que fue Alaska quien me dijo.. uy pues a ese chico le llaman "Desgraciado". Es tu versión masculina. Pero no se yo si estoy de acuerdo con que era la versión "masculina"...

Acabamos en el bar más aunténtico q he visto nunca, acompañadas de la Gang Band Gay de Maine, y al fin alguien me besó, aunque fuera marica y pusiera cara de asco. Como fetiche de la jornada me quedé con las lentillas de Magapola, que aún seguirán en el bolsillo de mi pantalón. Maine cumplió lo prometido y se quedó sin voz cantando Lady Gaga. Eché de menos a alguien, pero... nada es perfecto.

CONTINUARÁ....

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